!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 124



Capítulo 124

¿Cómo podría tener tal habilidad?

Subi al carro distraida y me froté el entrecejo. Últimamente tenia un mal presentimiento que no sabia explicar… Pero sentia que algo iba a pasar.

El celular sono con un “Ring“. Era Helda. Desde que morl, Helda se habla vuelto algo distante. Por atrapar al culpable, casi lo habla dado todo. Me dolla verla asi, pero no sabia cómo ayudarla. Ella no creia en mis palabras.

“El bebé de Yuria no se salvó, ese loco sigue detrás de ella. Menos mal que la policia actuó a tiempo, aunque el bebé no se pudo salvar.”

Mi corazón se apretó. El asesino segula obsesionado con matar a Yuria.

“¿Y me cuentas esto… por qué? Pensé que no confiabas en mi“, pregunté en voz baja.

No entendia por qué Helda me decla esto ahora.

“Yuria quiere verte“, soltó Helda con un tono apagado.

“¿Verme a mi?” Me quedé perpleja.

¿Por qué Yuria queria verme? Yo ahora era Ainara.

“Si, a ti. Ainara“, dijo Helda con frialdad.

Me senti inquieta. “¿Cuándo?”

“Hoy a las seis de la tarde, te espero en la entrada del Hospital de Monte Azur.”NôvelD(ram)a.ôrg owns this content.

“Está bien.”

Colgué y me quedé mirando por la ventana del carro, perdida en mis pensamientos.

¿Yuria queria verme? ¿Ella conocia a Ainara?

“Hoy, ¿el Grupo Linares y el Grupo Hierro hablan de una colaboración?” El mayordomo me llevaba y pregunté al azar, sin saber si estaba al tanto de la situación de la empresa.

“Si…“, asintió el mayordomo.

El sabia lo que pasaba en la empresa.

“¿Renán vino personalmente?”

“SI.”

Frunci el ceño. Si el bebé de Yuria no se habia salvado, ¿Renán no debería haberse enterado? ¿Y todavia tenia ánimo para hablar de negocios? Qué frio…

¿No era que amaba a Yuria? ¿Que si ella se lastimaba la mano, él sufría mucho?

Ahora había perdido al bebé y parecia no importarle…

“Llegamos.”

Al llegar a la empresa, bajé del carro.

Levanté la vista hacia el edificio del Grupo Linares, pensando en que eran la cabeza de Monte Azur, y toda la torre… pertenecia a la familia Linares.

“Sr. Hierro, por aqui, por favor.”

10

Capitulo 124

Qué ironia, apenas entré a la empresa y ya me encontré con Renán.

Renán también me vio, y por un instante, su mirada se congeló.

Ese asistente no tenia tacto y nos metió en el mismo ascensor.

El ambiente en el ascensor era tenso con solo nosotros adentro.

Al llegar al área de descanso del segundo piso, subleron más empleados y me empujaron hacia atrás. De repente, alguien levantó la mano y me protegió en la esquina con el brazo del ascensor.

Inconscientemente levanté la cabeza, encontré la mirada de Renán y al instante senti que se me revolvia el estómago.

Definitivamente… verlo me provocaba malestar fisico.

Su mirada estaba llena de algo complicado, como si quisiera ver a través de ml.

“Qué relajado, Sr. Hierro. Escuché que su esposa perdió al bebé, y… ¿todavia tiene ánimo para hablar de negocios?” dije con un tono burlón y frio.

Renán se tenso y respondió con una voz grave. “Ella no es mi esposa.”

“¿Ah? ¿No era que antes la amabas con locura?” Senti asco por él. ¿Ahora empezaba a desecharla por otra?

“Mi esposa se llama Nayra, y ya falleció.” De pronto, dijo que Nayra era su esposa.

Senti como si hubiera escuchado algo sucio, miré a Renán con furia y casi sin pensar, le dije. “¡Qué sinvergüenza! ¿Cuándo se convirtió ella en tu esposa? ¡No manches su memorial”

La mirada de Renán hacia mi se volvió aún más compleja, y después de un largo rato, por fin habló.


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