Despidiéndose de mi amor

Capítulo 96



Capítulo 0096

Julio pensó que era Silvia, rápidamente agarró su teléfono, pero al abrirlo se dio cuenta de que era Natalia. Él contestó con

cierta

impaciencia, y del otro lado de la línea, se escuchó la voz llorosa de ella: Julio, por favor, ayúdame. Todas esas cosas en internet son solo rumores maliciosos.

¿Las cosas en internet...? Julio recordó claramente el incidente de plagio de Natalia que se había mencionado en las noticias durante el banquete de cumpleaños.

-Hoy, alguien me envió una carta de abogados a mí y a la compañía, alegando que mi nueva canción «Un Rayo de Luz en el Mundo>> es un plagio. Una abogada incluso está difundiendo ciertos rumores en internet, diciendo que me hice famosa solo a través del plagio. Ahoral realmente no sé qué hacer.

Julio frunció con enojo el ceño al escuchar eso.Belongs to © n0velDrama.Org.

-Entendido.

Julio colgó en ese momento el teléfono y luego envió un mensaje de texto al departamento legal, indicando que se encargaran de los difamadores. No tenía ningún interés en revisar las noticias en línea.

Lo que no sabía era que en internet estaban circulando historias sobre cómo Natalia había obtenido recursos a través de patrocinadores desde su nacimiento, la forma como ascendió aprovechándose de hombres adinerados después de irse al extranjero, y cómo había explotado y copiado cínicamente a otros. Tampoco sabia que la abogada mencionada por Natalia era la amiga de Silvia, Viviana, quien personalmente había redactado la historial sobre la vida de Natalia y rápidamente la había llevado a la cima de las tendencias.

¡Ella solo quería tomar venganza por su amiga! Sin embargo, en menos de media hora, todas las tendencias en internet fueron de inmediato eliminadas. Una hora después, Silvia estaba a punto de dirigirse a la empresa cuando recibió una llamada de la comisaria pidiéndole que fuera a pagar la fianza por Viviana. Sin entender realmente lo que estaba sucediendo, se apresuró directo hacia la comisaría.

Lo primero que vio fue a Natalia y su amiga Felicia, elegantemente vestidas, sentadas en la sala de espera. Cuando Natalia la vio acercarse, con gran rapidez se levantó y se adelantó para hablar primero.

-Silvia, sé que no me soportas, pero ¿cómo puedes permitir que tu amiga me difame de esa manera y calumnie en internet? ¿Sabes cuánto me costó llegar hasta aquí? Ella casi me destruye!

Felicia la siguió rápidamente y se acercó: -Natalia, personas sin ética como ella no merecen tus palabras. ¡Deberíamos dejar que su amiga pase un largo tiempo en prisión para que comprendan el costo de difamar!

Silvia entendió aproximadamente lo que estaba sucediendo.

-Si algo le pasa a Viviana, ¡no las dejaré pasar en absoluto!

Se dirigió hacia el área de fianzas y, antes de dar dos pasos, la v Natalia sonó nuevamente detrás de ella: -Silvia, la detención de Viviana no fue mi decisión, fue orden estricta de Julio.

La razón por la cual Silvia recibió la llamada de la comisaría fue porque Natalia hizo que ellos la llamaran, queriendo así, que viera las graves consecuencias de oponerse a ella. Silvia detuvo sus pasos por un breve momento, no dijo nada en absoluto y continuó avanzando.

Una hora después, Silvia no logró liberar a Viviana debido a la

intervención del departamento legal de Julio. Viviana tendría que estar detenida al menos siete días.

Ella fingió total indiferencia: -Está bien, lo tomaré como una experiencia.

-Lo siento muchisimo.

Silvia no sabía qué decir, solo podía disculparse. Ella entendía que todas las acciones de Viviana eran por ella, y también comprendía con claridad que la detención de Viviana era por su causa.

-No te disculpes, no fue tu error -la consoló Viviana.

-Julio es realmente un imbécil.

Publicó tantas pruebas en linea y él

está ciego. ¿Por qué sigue com protegiendo à esa mujer tan despreciable? No entiendo qué tiene ella de especial. Todos esos hombres son realmente ciegos, ¡que la protegen siempre!

Silvia levantó con ternura la mano y la abrazó suavemente, sin saber qué decir. Porque ya sea en el pasado, O cuando se casó con Julio, o ahora, él siempre estaba del lado de Natalia, no importaba la verdad.

Viviana sabía que, en verdad, la que estaba sufriendo más en ese momento era Silvia. -Silvia, no te entristezcas. Él es simplemente un hombre muy despreciable, no vale la pena.

La garganta de Silvia se apretó en ese instante: -No estoy triste, ya hace tiempo que no lo amo.


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