Capítulo 2437
Capítulo 2437
Descubierto
Isaac asintió con la cabeza.
—¡Sí, eso es! ¡Exploremos este lugar a fondo! Estoy bastante seguro de que las otras sectas también han llegado hasta aquí. Sólo que no sabemos adónde fueron transportadas. A ver si nos encontramos con ellos o algo.
Jaime empezaba a hacerse una idea de la situación tras escuchar su conversación.
«Ya veo... Otra entrada a este reino secreto se ha abierto en el reino oculto. ¡Por eso la gente del reino oculto puede entrar aquí!».
Al ver que los tipos se acercaban cada vez más, Jaime contuvo la respiración y suprimió por completo su aura por miedo a ser detectado.
Huro, de la secta Vientofuerte, y Winsor, de la Secta de la Estrella Voladora, creían que Jaime había matado a sus hijos, así que le estaban dando caza para vengarse. ConTEent bel0ngs to Nôv(e)lD/rama(.)Org .
Con la fuerza de Jaime restringida por la Ley Celestial, todo lo que podía hacer era rezar para que esos tipos no lo encontraran allí. Además de eso, también deseaba encontrarse con Mateo y los otros de la Secta Luminosa. De ese modo, al menos tendría algunos aliados que lo respaldaran en caso de que se viera envuelto en una pelea.
Jaime también deseaba que Yair entrara con él en el reino secreto. Con alguien tan poderoso como Yair a su lado, Jaime no tendría ningún motivo para temer a esos tipos.
Aunque ya hacía todo lo posible por disimular su presencia, Winsor seguía fijándose hacia él al pasar.
Entonces Winsor se detuvo en seco y se volvió hacia la dirección en la que se ocultaba Jaime.
—¿Quién está ahí? ¡Sal!
Con eso, todo el grupo siguió su mirada y miró en dirección a Jaime.
Como ya no podía permanecer escondido, Jaime se puso poco a poco de pie.
Winsor no conocía a Jaime, así que le preguntó con el ceño fruncido y confundido:
—¿Quién eres?
Todo lo que sabía era que Jaime no era del reino oculto.
—¿Jaime? ¿Qué haces aquí? —exclamó Demithor sorprendido al reconocer a Jaime.
Todo el cuerpo de Winsor destiló una fuerte intención asesina cuando escuchó el nombre de Jaime.
—Este reino secreto no te pertenece, ¿por qué no puedo estar aquí? —le espetó Jaime a Demithor.
—Tú…
Demithor estaba a punto de atacar a Jaime, frustrado, cuando Huro lo detuvo.
—Este tipo es muy poderoso. Puede que no seas capaz de derrotarlo en una pelea.
«Si Trino no era rival para Jaime, entonces Demithor definitivamente no tiene ninguna oportunidad».
Poco sabían, la fuerza de Jaime estaba siendo suprimida tanto que incluso Demithor sería capaz de vencerlo con facilidad.
—¿Así que tú eres Jaime? —preguntó Winsor dando un amenazador paso al frente.
—¡Sí, soy yo! ¿Y quién eres tú? —respondió Jaime.
—Soy Winsor Lindor de la Secta de la Estrella Voladora. ¡Mataste a mi hijo, Arán Lindor!
La intención asesina en los ojos de Winsor se intensificó cuando mencionó a Arán.
—Te lo dije: ¡Yo no maté a Arán! ¡Fue Delgado de la Secta del Cielo Ardiente quien absorbió sus poderes! Su muerte no tuvo nada que ver conmigo —explicó Jaime.
—¿De verdad crees que te creería? Sé que eres muy poderoso. De hecho, eres tan poderoso que incluso nuestro mejor asesino, Sony, ha muerto a tus manos. Sin embargo, ¡has tenido mala suerte de encontrarte conmigo hoy! No te dejaré escapar con tanta facilidad.
Jaime se quedó helado al escuchar aquello.
«Sony escapó hace tiempo, y yo ni siquiera me molesté en ir tras él, así que ¿cómo acabó muerto?».
Mientras seguía aturdido, Winsor desató su aura de Soberano de las Artes Marciales. La inmensa presión que emanaba parecía como si una montaña descendiera sobre Jaime.
«Este joven despreciable fue capaz de matar a Sony, ¡así que veamos lo duro que es de verdad!».
Justo cuando el aura intimidatoria de Winsor empezó a rodear a Jaime, éste contraatacó por instinto con su propia energía espiritual.