Capítulo 776
Capítulo 776
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Capítulo776
¿Por qué Clara quería hablar de este asunto con ella? ¿Habria descubierto algo? ¿Acaso ese hombre la había traicionado? ¡No podía ser, eso era absolutamente imposible! Seguramente esta chica estaba
tratando de estafarla
-Clara, si tienes algún asunto, podríamos hablar otro día o mañana. – Enrique sintió que la atmósfera se tornaba algo incómoda y rápidamente intervino, intentando deshacerse de Clara. -Tenemos invitados en casa en este momento, y no es un buen momento para hablar de este asunto.
Los ojos de Clara, que habían estado sonriendo, se volvieron de repente fríos y amenazadores. Estaba a punto de hablar, pero Alejandro la agarro bruscamente por la muñeca. Ante la mirada de todos, la
decidida. arrastró hacia arriba, ignorando sus intentos de resistencia de manera muy
-¿Qué estás haciendo, Alejandro? ¡Sueltame! – las mejillas de Clara se sonrojaron y luchó con todas sus fuerzas, pero fue en realmente en vano. Cuando este hombre tomaba una decisión, la llevaba a cabo de All rights © NôvelDrama.Org.
manera implacable.
Alba se tapó la boca, sus ojos brillando de emoción. ¡El joven Alejandro era tan dominante! ¡Y la señoral
Clara era tan tímida!
-Alejandro, Alejandro, ¿a dónde vas? ¡Regresa! – A pesar de los llamados de Enrique, Alejandro no se
volteó y sacó rápidamente a Clara del salon.
Los miembros de la familia Rodriguez quedaron atrás, sin saber cómo reaccionar, viendo cómo los protagonistas abandonaban la escena. Jimena, en particular, estaba furiosa, sus ojos enrojecidos de rabia e impotencia. Finalmente, empezaba a comprender. Su intenso odio hacia Clara podría deberse no solo al hecho de que ella era el gran amor de Alejandro, sino también porque en cualquier situación, sin importar la que fuese; Clara se convertía en la única protagonista, el centro de atención, lo que hacía que Jimena se sintiera extremadamente celosa y enojada.
Jimena guardaba un profundo rencor y envidia por el resplandor invisible de Clara y su incomparable confianza. En el mundo de Jimena, solo podía haber un sol, y ese sol era ella misma. ¿Cómo podría tolerar que alguien fuera más destacado que ella? ¿Cómo soportar estar por debajo de alguien? Eso era
realmente imposible.
-¡Papá, mamá, he regresado! Leona llegó corriendo, muy sudorosa y agitada. Para verse con la gente, se había puesto un conjunto elegante de ropa nueva, pero todavía lucia desorientada, como si acabara de despertar, con notables ojeras bajo los ojos. Su rostro estaba pálido, sus labios demasiado rojos,
pareciendo muy desaliñada y algo fea.
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Ema, al ver a su hija en ese estado, se sintió muy disgustada, deseando poder meter su cabeza en la
-Leona, ¿dónde estabas? ¿Por qué hueles tanto a alcohol?– Enrique la miró con ceño fruncido.
-Estuve de fiesta con amigos, solo tomé un poco, jeje!– Leona no pudo evitarlo y solto un gran eructo. ¡ Típico de un borracho!
-¡Lleva a la señorita Leona arriba para que descanse! – Ema ordenó rápidamente.
–
-¡Jimena! Leona, impulsada por el alcohol, se acercó directamente a Jimena, riendo mientras la
miraba -¡Felicidades! Estás a punto de casarte con mi hermano y ser mi cuñada. Después de tanto tiempo planeándolo, primero Beatriz se fue, luego Clara, finalmente lo lograste!
Mateo frunció el ceño, mientras que las caras de las Rodriguez madre e hija se volvieron pálidas y tensas, al borde del colapso.
-Leona, ¿qué quieres decir con eso? ¿Me estás ridiculizando o bromeando? – Jimena, conteniendo su enojo, intentó entender las palabras de Leona.
Jimena, llena de ira y alentada por Leona, sin pensarlo, expresó sus sospechas: -Sé lo que estás pensando, Quieres casarte con mi hermano, me pediste ayuda para hacer de celestina y como no te ayudé, has estado resentida, por eso ¿verdad?