Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capítulo 18

El conductor se quedó sin palabras.

¿Acaso el Sr. Elio tenía una noción equivocada de lo que significaba de paso“?

Al seguir por esa vía, justo adelante se encontraba una intersección.

No importaba a qué colegio fuera esa muchacha, definitivamente no estaba en la misma ruta que llevaba al Grupo Real.

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“¿Sabes a qué colegio voy?”

“No es difícil de adivinar, si no me equivoco, deberías ser del Colegio Paxsi de Excelencia.”

Jazmin frunció los labios, sin negarlo.

“Pero, tu auto también fue golpeado, ¿no?” Los ojos profundos de Jazmin se entrecerraron, como los de un gato perezoso, mirando por unos segundos el rostro elegante y atractivo del hombre, sin subirse al auto.

“Mmm, se golpeó un poco, pero aún se puede manejar. La luz dentro del carro era algo tenue, pero se destacaba claramente el perfil del hombre, su mirada era profunda, y con un leve movimiento de sus dedos, la puerta trasera del carro se abrió.

Su mirada fría y profunda cayó sobre Jazmin, y con una voz que no denotaba prisa alguna, dijo: “Sube al auto.”

Era una invitación que muchas mujeres desearían y anhelarian en sueños.

Pero Jazmin la rechazó sin vacilar.

La chica metió las manos en sus bolsillos, adoptando la postura de una estudiante problemática, y con una sonrisa de significado ambiguo en la comisura de sus labios, dijo con cortesia: “Gracias, pero no tengo la costumbre de subirme a autos con desconocidos.”

El hombre de apariencia elegante y distinguida se sorprendió, entrecerrando ligeramente los ojos, y con un brillo juguetón en su mirada fría y profunda, dijo: “¿Temes que sea un mal tipo?”

“No es eso.” Jazmín negó con la cabeza, hablando en serio, “No, temo más a mí misma. Tío, le agradezco su buena intención. Voy a la escuela, adiós.” Dicho esto, se giró y se marchó con soltura, sin mirar atrás.

Dentro del carro, el hombre lentamente curvó su boca en una sonrisa, el juego en sus ojos se intensificó, y parecía estar de muy buen humor, riendo suavemente: “La niña es interesante.”

En el asiento del conductor, el chofer presenció cómo su jefe, el Sr. Elio, fue rechazado y hasta le había llamado “tio“, quedando de nuevo conmocionado.

El Sr. Elio… apenas había cumplido 24 este año.

¿Acaso la chica tenía problemas de vista como para llamarlo “tío“?

Lo más extraño era que, al parecer, al Sr. Elio… le había agradado.

Colegio Paxsi de Excelencia.

El mejor instituto de Paxsi, donde cualquier familia con algo de recursos intentaría por todos los medios enviar a sus hijos.

Aquellos que no podían competir con recursos, tenían que hacerlo con talento.

Por lo tanto, quienes entraban a este colegio o eran ricos y poderósos o eran estudiantes sobresalientes por sus méritos académicos.

Aquellos con una sólida fortuna y además con habilidades destacadas, solían ser el centro de atención en la escuela.

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Un Porsche plateado se detuvo frente a la entrada del colegio.

La puerta se abrió y una chica con un vestido rosa salió del carro con una dulce sonrisa en su rostro, se despidió con la mano hacia el interior del auto, diciendo con voz dulce: “Hermano, voy a clases.”

“Mmm.” Desde adentro, un joven de rasgos finos asintió ligeramente, su voz era suave, “Vaya.”

“Hermano, ¿vas a esperar a Jazmín, verdad?” Greta preguntó como si le importara, “Pero creo que tienes una cita en un rato, ¿no te retrasará? Si quieres, yo puedo llevar a Jazmín a hacer su inscripción.”

Bosco dudó por un momento.

Tenía una cita más tarde.

Pero aún faltaban dos horas, no había prisa.

Podía esperar un poco más.

Greta añadió: “Hermano, yo puedo encargarme de estos asuntos simples, puedes confiármelas. Es tu primer anuncio desde que debutaste, es muy significativo, no puede haber errores. Oye, no dudes más, mejor vete. Ahora es hora pico, ¿qué pasa si te topas con tráfico más tarde? Sería mejor que te fueras ahora.”