Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

S Capítulo 161



S Capítulo 161

Capítulo 161

era mediodía El sol era un resplandor cegador en el cielo que iluminaba el Orchid Vale Country Club,

un club de campo y campo de golf exclusivo para ricos y famosos.

Sabrina se había visto obligada a unirse a Fernando para un partido de golf en el club de campo.

Entraron en el establecimiento lujosamente decorado.

Al instante, el personal uniformado y los caddies se apresuraron a recibir a Fernando con una cálida

bienvenida.

Sabrina había llegado al club de campo junto a Fernando.

Por lo tanto, no importaba quién era ella.

Recibió la misma cordial acogida. El personal del club de campo la trató con tanta amabilidad que se

sintió un poco abrumada por su entusiasmo.

Por suerte, Fernando no le pidió que hiciera nada después de que llegaron al club de campo. Todo lo

que tenía que hacer era subirse al carrito de golf, tomar asiento y ser conducida a una gran extensión

de césped verde nivelado.

Fernando se bajo del carrito de golf tan pronto como llegaron al campo de golf.

El caddie, con la bolsa de palos y pelotas de golf colgada del hombro, seguia al joven de cerca como

una segunda sombra.

Sabrina no sabia jugar al golf. Terminó arrastrándose tras ellos lentamente.

Fue un día muy cálido.

La deslumbrante luz del sol se derramaba por el campo de golf y arrojaba un brillo áspero sobre el

verde césped. La frente de Sabrina estaba perlada de sudor.

Fernando ya habia comenzado su primer partido.

Sabrina se mantuvo a cierta distancia mientras observaba el juego. Después de un tiempo, no pudo

soportar más el calor. Simplemente hacía demasiado calor afuera. Necesitaba desesperadamente un

descanso y algo de sombra.

Mientras la joven se alejaba, un carrito de golf blanco pasó a toda velocidad y casi la atropella. Sabrina

se estabilizó antes de continuar su camino hacia la sombra. El carrito de golf blanco se detuvo sin

previo aviso.

Un joven salió del carrito de golf.

El hombre se congeló momentáneamente al ver a Sabrina. Una mirada de suficiencia apareció en su

rostro al segundo siguiente. Hacia un año. No esperaba ver a la mujer que le habia puesto los

cuernos.

Qué casualidad.

Samuel miró con frialdad a Sabrina antes de moverse directamente en su camino. Malicia goteaba de

cada una de sus palabras. “Sabrina, ¿qué haces en un lugar como este?”

“Aqui es donde la gente rica pasa el rato. Escuché que fuiste expulsado de la familia Bracamonte. Has

perdido el derecho a estar aqui.

Sabrina no se habia dado cuenta de quién se interponia en su camino cuando levantó la vista. La

sorpresa ondeó en sus ojos. No habia esperado encontrarse con su ex prometido aqui. Habian roto el

compromiso.

No estaba interesada en hablar con el hombre.

Ella le lanzó una mirada fría antes de alejarse sin decir palabra.

Samuel no estaba teniendo nada de eso. Su familia lo habia obligado a casarse por conveniencia con

Sabrina hace un año. Pero, ¿qué había resultado?

Nada más que un asunto humillante. Su prometida se había acostado con otro hombre.

Había humillado a Samuel.

Por suerte, habia roto el compromiso rápidamente. La idea de estar casado con una mujer tan relajada

le revolvia el estómago.

¡Pero eso no significaba que hubiera superado el hecho de que ella lo habia puesto los cuernos!

Todavia queria venganza por lo que ella le había hecho.

“Sabrina, ète has liado con un tipo rico?” Samuel agarró la muñeca de Sabrina y miró el bonito rostro

de la mujer. Las mujeres hermosas no eran más que problemas. “¿Es eso lo que estás haciendo

ahora? ¿Prostitución?”

“Tú eres la prostituta, no yo!” Sabrina detestaba los insultos a su carácter. Las palabras de Samuel la

enfurecieron al instante. Trató de liberar su muñeca.

“¿Cómo te atreves a insultarme? ¿Quién crees que eres? ¿La Virgen Maria?” Samuel fue presa del

impulso de humillar a la mujer en público. ¿Quién sabe con cuántos hombres te has acostado? ¡Detén

ese acto virginal tuyo!

“Dejame ir, Samuel”. Sabrina no estaba interesada en iniciar una discusión con el hombre. “Voy a gritar

pidiendo ayuda si no me dejas ir”.

“Sigue y grita pidiendo ayuda. Déjame ver con qué tipo rico te has liado ahora. Samuel también era de

una familia rica No tenia miedo en absoluto. Pero no había esperado escuchar un ruido sordo tan

pronto como habia hablado.

Tampoco esperaba que una pelota de golf le diera de lleno en la pierna.

Samuel aulló de dolor y soltó a Sabrina al instante. El joven se agarró la pierna, cayó al suelo y

comenzó a retorcerse de

dolor.

En medio de los aullidos de dolor de Samuel, apareció Fernando con un palo de golf en la mano. Miró

al otro joven. Su voz era tan dura como el invierno. “No me dejes ver que pones tus manos sobre la

Sra. Bracamonte otra vez. Te va a golpear algo mucho más duro que una pelota de golf”.

La promesa de dolor estaba clara en los ojos de Fernando. El hombre amenazaba con golpear a Text © by N0ve/lDrama.Org.

Samuel con el palo de golf a

continuación.


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