Capítulo 158
Capítulo 158
-No era nada, lo que me dijiste fue un poco intermitente y no lo escuché muy claro, solo recuerdo algunas palabras enredadas, así que quería que tú me lo explicaras.- Samson le habló, mirando hacial abajo con una expresión de súplica, -¿Puedes, Nerea?
-Claro.
Los ojos de Nerea destellaron mientras buscaba en su mente todas las palabras posibles para manejar la situación. De cualquier manera, tenía que hacer que lo que dijo anoche sonara perfecto, sin dejar espacio para dudas y mucho menos, para que su plan de venganza tuviera algún fallo.
-¿En serio?- Samson sonrió emocionado, -¡Eso es genial, vámonos!
-Srta. Maia, acepto tus disculpas, pero hoy estoy realmente apurada y no puedo quedarme a comer, lo siento.
-Pero…
Nerea y Samson bajaron las escaleras, pasando al lado de Roman sin hacer contacto.
-¡Nerea!
Laureano la llamó en voz alta, sin entender por qué de repente había cambiado de opinión, -¿Seguro que no te quedas? Este desayuno es…
-Lo siento, Laurel, te pagaré por el vestido. En cuanto a la comida, te invitaré en otra ocasión y te pediré disculpas formalmente.
-Srta. Nerea.
Javier se acercó, y Nerea le asintió con la cabeza, -¡Hasta luego!
-Srta. Nerea… Text property © Nôvel(D)ra/ma.Org.
¿Cómo podía la Srta. Nerea actuar asi?
Javier observó a Roman, cuyos ojos oscuros no dejaban de seguir la figura de Nerea que se alejaba, su rostro estaba pálido sin rastro de color.
Roman habia pasado toda la noche cuidando de la Srta. Nerea sin dormir, al amanecer ordenó preparar una sopa para la resaca y ropa nueva, incluso se metió en la cocina para hacerle todo tipo de desayunos, y especialmente buscó ostras de Edimburgo, pasando dos horas limpiándolas personalmente, hasta lastimarse las manos….
Javier bajó la vista hacia la gota de sangre que empezaba a formarse en su dedo, pero la Srta. Nerea no solo no se quedó a desayunar, ni siquiera lo miró antes de irse con Samson.
Ella se despidió de todos, ¿por qué no pudo decirle una palabra a Roman? Incluso un simple adiós hublera sido suficiente.
Para la Srta. Nerea, era como si Roman no estuviera en ese momento, como de siempre lo hacia.
Probablemente él se sentia ahora más herido que si lo hubieran apuñalado, ¿verdad?
-Nerea, esto es lo que te compré para desayunar, todo lo que te gusta.
Samson sacó un vaso con café y le pasó el desayuno-Toma un poco de café primero, te ayuda
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sentirte mejor después de la resaca.
-No hace falta, no tengo hambre.
Nerea dejó de lado el desayuno, impaciente por saber-¿Qué fue exactamente lo que te dije anoche? ¿Qué te hizo venir a buscarme en medio de la noche sin dormir?
-Realmente no dijiste mucho, solo me di cuenta de que algo no estaba bien contigo y vine de inmediato. Al principio, cuando respondiste mi llamada estabas muy feliz, diciendo que me extrañabas, pero luego tu estado de ánimo cambió de repente, y empezaste a preguntarme en voz alta por qué, ¿por qué tenían que hacerte eso?
Nerea se tenso, -¿Y luego?
-Pensé que alguien podria estar intentando lastimarte, así que te pregunté preocupado qué pasaba, si alguien… queria hacerte algo. Pero colgaste el teléfono.
¿Eso es todo?
-¿Nada más?
Samson asintió.
Nerea suspiro aliviada, penso que había dicho algo más y estaba terriblemente nerviosa. Después de todo, resultó ser una falsa alarma.