Chapter 77
Chapter 77
Capítulo 77
Pilar regresó de la fiesta inquieta. Sofía había vuelto, y Rafael la había llevado en brazos directamente desde el lugar del evento. Esa noche, Pilar llamó frenéticamente a Rafael sin obtener respuesta, y su celos y resentimiento crecieron descontroladamente.
Finalmente, se enteró de que Rafael había sido hospitalizado por una enfermedad. Al día siguiente, temprano por la mañana, corrió al hospital con una sopa que había preparado personalmente.
Al entrar, Rafael no estaba en la cama, sino de pie bajo la ventana, ya vestido con un traje.
“Rafa, ¿cómo estás? Me enteré de que estabas hospitalizado y me levanté de madrugada para prepararte esta sopa.”
2 2 2 2 2 § 5 9 5 7 5
Al escucharla, Rafael se giró con una expresión fría. Había recibido un mensaje de Noe la noche anterior y no se sentía bien. No había traído sus pastillas para dormir y no había pegado ojo en toda la noche. Temprano había pedido a Ramón que viniera para tramitar el
alta.
“És solo un resfriado, ya estoy mejor y listo para irme.”
En ese momento, el termo que Pilar sostenía parecía redundante.
“He preparado sopa para ti, bebe un poco antes de irte.” Dijo, apresurándose a servirle un tazón y entregándoselo con ambas manos. En ese momento, el asistente ejecutivo Ramón entró, sorprendido al ver a Pilar en la habitación, pero rápidamente recuperó la compostura. “Sr. Amorós, el alta ya está lista.”
“Bien, vámonos.” Dicho eso, Rafael se giró para salir.
“Rafa, no has bebido la sopa. La he cocinado durante mucho tiempo, y necesitas nutrirte ahora que te estás recuperando,” insistió Pilar, sosteniendo el tazón para que Rafael lo bebiera.
Rafael tomó el tazón y probó un sorbo, pero no estaba tan delicioso como lo que Sofía solía preparar. Esa fue su primera reacción. Dejó el tazón y dijo, “Llévatelo con Ramón, no puedo terminarlo ahora.” Text © 2024 NôvelDrama.Org.
“Entonces empacaré el resto para ti.”
Después de que Rafael se fuera, Pilar miró la sopa sin tocar y la arrojó al suelo en un arrebato de ira.
Definitivamente era por Sofía. Desde que Sofía apareció en San Bernat, Rafael se había vuelto cada vez más distante con ella.
Sofía, no permitiré que arruines mi relación con Rafa. Debo obtener el lugar de la Sra. Amorós,” dijo Pilar en la habitación, con el suelo cubierto de vidrios rotos y sopa, apretando los puños, con una expresión casi distorsionada en su rostro.
Ramón conducía, y Rafael miraba por la ventana desde el asiento trasero. Ramón también había notado que su jefe había estado raro últimamente, pensó que quizá sería por el regreso de su esposa. Recordó la tarjeta que le había dado antes.
“Sr. Amorós, la tarjeta que me pidió entregar a la Srta. Carreras, fui dos veces pero ella no estaba, así que se la dejé a una persona que vive con ella.” Aunque era un niño, realmente vivía con ella, ásí que no estaba mal.
“Bien.”
Viendo que el jefe no preguntó más y parecía de mal humor, Ramón tampoco dijo nada más.
Al llegar a la oficina, David entró y dijo. “Hermano, ¿estás bien?”
“Solo un resfriado, Ari y Simón se preocuparon demasiado.” Rafael se sentó y comenzó a trabajar en los archivos de la computadora.
“No podemos culparlos, todos nos asustamos cuando recibimos la llamada de tu desmayo.”
Viendo a su hermano así, David pensó en algo y luego preguntó, “¿Todavía no puedes dormir?”
Rafael no respondió, lo que fue una confirmación.
“Quizás deberías ver a un médico de nuevo.”
“Es un problema antiguo, lo tengo bajo
control.
David no insistió, conocía el temperamento terco de su hermano.
“Últimamente he estado siguiendo a Ojo de Halcón, no he contactado a nadie. Estuvo en San Bernat unos días y luego se fue a la Capital, y desde entonces no hay noticias. ¿Alguna pista por el lado de Pilar?”